El problema actual no es la crisis de los matrimonios, sino la crisis de la fe que aleja al hombre y la mujer de Dios haciéndoles olvidar que son criaturas que se realizan solo donándose gratuitamente
Por Don Anderson Alves
ROMA, 06 de agosto de 2013 (Zenit.org) - Últimamente se
habla mucho de matrimonio. Parece que es un derecho de todos y, al mismo
tiempo, uno tiene la impresión de que se sabe cada vez menos qué es realmente.
Son muchos los matrimonios que se rompen y aún más el número de personas que no
consiguen tomar la decisión de casarse.
La Palabra de Dios habla mucho también del matrimonio en el
contexto de la revelación del amor de Dios hacia la familia humana. Jesús
enseña que el matrimonio es algo santo, un gesto por el cual un hombre y una
mujer se hacen una sola cosa, para toda la vida (Mt 19). Y Él siempre acogía y
bendecía a los niños, fruto natural del matrimonio. Dios se muestra entonces
como el que ama y bendice las familias, de hecho, ha querido que el hombre
viniese al mundo por medio de las familias y Él mismo se ha hecho hombre en
medio de una familia humana. Dios que es grande e omnipotente se ha hecho niño
en Jesús, viviendo durante treinta años "sometido" a sus padres.