lunes, 4 de julio de 2011

Antídoto contra el individualismo

En el Ángelus del domingo 26 de junio el Papa recuerda en la Eucaristía el corazón palpitante de la Iglesia

Antídoto contra el individualismo (Observatorio Romano, 03 julio 2011)

Queridos hermanos y hermanas:
Hoy, en Italia y en otros países, se celebra el Corpus Christi, la fiesta de la Eucaristía, el Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, que él instituyó en la Última Cena y que constituye el tesoro más precioso de la Iglesia. La Eucaristía es como el corazón palpitante que da vida a todo el cuerpo místico de la Iglesia: un organismo social basado en el vínculo espiritual pero concreto con Cristo. Como afirma el apóstol san Pablo: «Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan» (1 Co 10, 17). Sin la Eucaristía la Iglesia sencillamente no existiría. La Eucaristía es, de hecho, la que hace de una comunidad humana un misterio de comunión, capaz de llevar a Dios al mundo y el mundo a Dios. El Espíritu Santo, que convierte el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, transforma también en miembros del cuerpo de Cristo a cuantos lo reciben con fe, de forma que la Iglesia es realmente sacramento de unidad
de los hombres con Dios y entre sí.

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